1. Reduce la activación fisiológica.
Disminuye la frecuencia cardíaca y la sudoración mediante inducción a estados de relajación profunda.
Alivia la tensión muscular, ayudando a liberar contracturas por estrés crónico.
Mejora el sueño, reduciendo el insomnio y las pesadillas.
2. Reprograma Pensamientos Catastróficos
Interrumpe el ciclo de “miedo al miedo” (típico en ataques de pánico).
Cambia creencias limitantes (“No puedo controlarlo” → “Tengo herramientas para calmarme”).
Fortalece la autoeficacia (“Soy capaz de manejar esto”).
3. Trabaja con el Origen Emocional
Identifica y sana eventos pasados que disparan la ansiedad (ej: trauma infantil, estrés postraumático).
Reduce la sensibilidad a detonantes (ej: sonidos, situaciones sociales).
4. Enseña Autocontrol en Tiempo Real
Técnicas de autohipnosis para usar en momentos de crisis.
Anclajes de calma (ej: asociar un gesto con relajación instantánea).
¿SABÍAS?